lunes, 31 de diciembre de 2012

Sin el poder, el PAN se vacía


El “aura” por la conquista de la Presidencia de la República, en el 2000, atrajo hordas que se afiliaron al Partido Acción Nacional (PAN) en los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón, pero la pérdida del poder y el retroceso electoral a niveles de 1994, en las elecciones de este año, propiciaron la fuga masiva de esos presuntos militantes.
El éxodo de ciudadanos pertenecientes al PAN es colosal: Del millón 868 mil 572 militantes, activos y adherentes, sólo refrendaron su pertenencia a ese partido 379 mil, es decir, apenas el 20% del total.
La estimación de la dirigencia nacional, que encabeza Gustavo Madero, era antes de iniciar el proceso de refrendo que la militancia se reduciría a la mitad, unos 900 mil, pero luego se apostó que se quedarían en el PAN los que votaron en la elección de candidato presidencial, el 5 de febrero de 2012: Un total de 547 mil.

Ni eso. Los ciudadanos que refrendaron su militancia son casi los mismos 371 mil 377 que se afiliaron en la campaña de dos semanas que, con ese fin, organizó César Nava, quien sustituyó a Germán Martínez en la presidencia del PAN tras el colapso electoral de 2009.
Y más aún: Los 379 mil militantes (210 mil activos y 169 mil adherentes) son casi el mismo número que el PAN tenía en el año 2000, en vísperas de ganar la Presidencia de la República.
El secretario nacional de elecciones del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, Arturo García , reconoce que la caída de 1 millón 800 mil a unos 600 mil militantes puede hacer pensar que el PAN se vacía tras la descomunal derrota del 1 de julio. “Nada más que esa es una interpretación muy errónea, porque el millón 800 mil hace mucho que no existen. El referente es la votación del candidato presidencial de febrero de 2012, que fue de casi 600 mil panistas”.
Explica: “En febrero pudieron ir a votar todos los miembros activos y adherentes que quisieran, a nadie se le prohibió. Además había una competencia interna intensa, real, y los candidatos desplegaron toda su actividad para tratar de llevar gente a votar. Y eso dio, con números cerrados, 600 mil. Bueno, eso es lo real”.
Pero, una vez concluido el procesamiento de los datos del refrendo, ni esos propios votantes quisieron seguir siendo militantes del PAN.
El padrón del PAN, denominado Registro Nacional de Miembros (RNM), ha sido sometido a permanentes cuestionamientos porque la mayoría eran afiliaciones corporativas. Su depuración se fue aplazando una y otra vez porque el PAN no tenía mecanismos para hacerlo.
García , uno de los expertos del PAN en materia electoral y secretario de Elecciones también con Manuel Espino, reconoce que el abultamiento de su padrón ha tenido una lógica perversa.
“En el PAN la afiliación ha estado vincu­lada a candidaturas, y quienes las querían tenían que afiliar. Ese fue el problema. Ahora la vinculación es con tareas. Esa es la diferencia.”
–Pero hay quejas de que los que afiliaron corporativamente también han llevado a refrendar…
–No importa.
–¿No le preocupa eso al PAN?
–No. Esto se discutió en reuniones y hasta se propusieron candados. Yo digo que no importa que los lleven a refrendar, nada más que entiendan que esa gente que va a refrendarse está diciendo que quiere tomar una tarea en el partido. Si está dispuesto a tener una tarea, estoy de acuerdo en que se refrende a todo mundo. Pero si me dicen que sólo quiere refrendarse para votar por el que le digan, entonces sí estamos en broncas.
Y advierte: “Si esa gente que se refrendó no tiene una tarea en 2013 va a ser dada de baja. El refrendo es el inicio de un proceso de depuración constante que implica que para ejercer derechos, como el de votar, hay que cumplir obligaciones, como ayudarle al partido en tiempos electorales”.
–¿No podrán sólo ser llevados los militantes a votar?
–Ya no se va a poder. Ahora van a tener una tarea, no solamente ejercer derechos. El ejercicio de un derecho está vinculado al cumplimiento de tareas. Esa es una gran diferencia. Claro, hay que hacerlo viable y hacer una serie de ajustes para que el militante diga que quiere ser capacitado o que le den trabajo. También la dirigencia asume una responsabilidad con eso, que no es menor.

El aura del poder

Luego de seis décadas como oposición, el PAN conquistó la Presidencia de la República en el 2000 y desde entonces su militancia comenzó a crecer de manera descomunal.
Ese año, cuando triunfa Fox, eran aproximadamente 360 mil los militantes, activos y adherentes, y en 2006 la cifra se triplicó: tenía 1 millón 96 mil.
Para 2009, antes de que Nava iniciara la campaña de afiliación, el PAN tenía ya 1 millón 320 mil militantes activos y adherentes. Esa campaña sumó a 371 mil 377 nuevos, para un total de 1 millón 691 mil 377.
Y para el reciente viernes 21, una vez que concluyó el periodo de refrendo de militancia –realizado entre el 1 de octubre y 14 de diciembre–, los militantes sumaban 1 millón 868 mil 564: 354 mil 466 activos y 1 millón 514 mil 98 adherentes.­
Sin embargo, todos en el PAN sabían que esas cifras eran y son ficticias, porque en los años más recientes no se había hecho una depuración para eliminar a miles de personas que ya nada tenían que ver con ese partido.
“El refrendo tiene, si mal no recuerdo, tres años de retraso. Y no se hizo por una combinación de cosas: porque no era el tiempo adecuado, no se habían diseñado los mecanismos para hacerlo, y se fue posponiendo hasta ahora. Debió haber estado listo para la elección interna de 2012, pero no fue posible.”
–Hasta ahora ya como oposición…
–Sí, que además sirve; que el refrendo no sea porque se está en el gobierno. Esa es una circunstancia transitoria: estamos y no estamos, el chiste es que se quiera pertenecer al PAN porque es el PAN.
–¿Los ciudadanos se afiliaron al PAN porque era gobierno?
–A partir del dato estadístico, así es. Pero no sólo porque estaba en el gobierno, porque no todo mundo estaba, pero sí hubo un crecimiento exponencial a partir del 2000.
“¿Por qué? No todos entraron a posiciones de gobierno, pero el aura del partido en el poder… la gente que se afilió porque (pensaron:) ahora sí se van a ganar elecciones y por tanto ahora sí me va a tocar.”
Pero a algunos de los que ya les tocó no quieren seguir en el PAN, como amagó el expresidente Fox, quien por lo menos hasta el viernes 21 aparecía en la página del RNM sin la “aprobación” de su refrendo. Y su mujer, Marta Sahagún, no aparece siquiera en el padrón de militantes.
Calderón, quien hizo público el trámite de su refrendo acudiendo a la sede del PAN en la delegación Álvaro Obregón, no aparece en el RNM como aprobado, pero sí su mujer, Margarita Zavala.
Un caso notable es el de Ricardo García Cervantes, quien aceptó ser subprocurador general de la República con Enrique Peña Nieto y que conocerá de violaciones a los derechos humanos en el sexenio de Calderón: refrendó su militancia en el Distrito Federal y le fue “aprobada”.
Otros datos curiosos: César Nava no aparece con su refrendo de militante activo aprobado y su esposa Patricia Suirvent Barton, con quien impulsó la campaña de afiliación en 2009, está en la misma circunstancia.­
En tanto la actriz y cantante Mariana Ochoa, quien supuestamente se afilió en el inicio de la campaña en la sede nacional del PAN, ya no aparece en el padrón del partido.
–¿Fue positiva la campaña de afiliación de Nava o fue sólo un golpe publicitario?­
–Fue publicitario, evidentemente. ¿Por qué? Poner en lista a gente es lo de menos, encontrar a gente que quiera tener una tarea, un rol, que quiera hacer cosas en el ámbito político es diferente. Creo que las campañas de afiliación tienen que ser de otra manera, no así.

Ruptura latente

Exdiputado federal por Chihuahua, coordinador de la campaña por la presidencia del PAN de Cecilia Romero, que luego declinó a favor de Gustavo Madero, en 2010, García Portillo dice que el PAN padece una debilidad estructural que llevó al tercer lugar de la candidata Josefina Vázquez Mota.
“En diputados tenemos un resultado con parámetros de los años noventa y en general una pérdida de posiciones locales y municipales”, subraya. Y admite la debilidad de su partido: “Ha habido una progresiva descomposición en algunos estados a causa de pleitos por candidaturas y dirigencias, además de hacerlo al margen de los procedimientos legales y éticos. Ese es un problema.”
Aunque la Comisión de Evaluación y Mejora concluyó que se harán nuevos estatutos, García Portillo advierte: “El reto del partido es responder con nuevas reglas y políticas internas, porque no todo se resuelve con la reforma de estatutos ni reglamentos”.
El PAN, admite, ha llegado “a una situación límite”, pero también aprecia que hay “una enorme conciencia de esta situación”, que puede permitir que haya soluciones prontas, porque el próximo año es clave para el futuro del PAN, con los 14 procesos electorales.
Por ello, afirma, en vez de profundizar una encarnizada lucha de facciones, debe prevalecer la inclusión, porque al PAN podría pasarle lo que al Comité de Organización Política Electoral Independiente (COPEI), de Venezuela, cuya ruptura interna hizo que, de ser el segundo partido más importante de Venezuela, con dos presidentes, cayera hasta el 2% de la votación:
“Debemos mirarnos en la imagen del COPEI. Nadie va a ganar si tensamos la liga hasta el final y nos empeñamos en sacar nuestra opción. El PAN debe aprender a ser incluyente y tolerante con otras expresiones dentro del mismo partido, lo que no les ocurrió a ellos, llegaron al extremo de la ruptura y nunca se pudieron recomponer.”­
–¿Habrá una ruptura en el PAN si no hay inclusión?
–Sí, eso es claro. Por eso digo que nos veamos en ese espejo. Eso es teoría de juegos. Felipe Calderón lo estudió en el ITAM: si queremos ganar todo, habrá gente que pierda todo. Aceptemos algo que no ganemos todos, pero que tengamos parte todo mundo. Ese es el asunto, no ir al todo o nada.
García Portillo insiste en que “lo crítico es que hubiera una situación que nos partiera por la mitad”, por lo que espera que impere la sensatez y se fortalezca el PAN: “Fortalecerlo es dejar de pelear hacia el interior y entender que el partido debe ser mucho más abierto y tener una mayor expresión social”. Y en ese sentido recomponer el PAN para los 14 procesos electorales del próximo año, que son clave también para la elección presidencial de 2018.
“El próximo año empieza el ciclo electoral que culmina en 2018. Ese año tiene mucho que ver con 2016, cuando se renuevan 13 gubernaturas, las que no se renuevan en 2013, que son nada más Baja California y 13 locales.”
Explica: “En 2016 los candidatos a gobernador saldrán de 2013, claro, los mejor posicionados, líderes de los congresos, los que sean, pero si no se tiene una plataforma en 2013 difícilmente se puede pensar en ganar las gubernaturas de 2016, y si no se piensa en eso no se puede pensar en 2018. Ese es el ciclo”.
Por eso los grupos del PAN deben entender que nos conviene más un mal arreglo que un buen pleito: “Y entender también que en 2013 las elecciones son absolutamente fundamentales para detener el movimiento inercial del mal resultado de este año y volver a echar a andar la maquinaria para adelante. Es una prioridad”.­
–¿Se van a ir serenando los ánimos?
–Hasta ahorita todavía no, pero espero que ocurra.

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